viernes, 26 de septiembre de 2008

Oro y plata de ley

Aunque hace ya unos días que se consumó esta noticia no había tenido ocasión de comentarla aquí debido a la emoción que rodeó el final de la Vuelta a España. Hablo de los juegos paralímpicos y de la actuación en ellos de un tipo ejemplar, Javier Otxoa. Oro en contrarreloj y plata en ruta. No conozco las historias del resto de competidores, que seguro también son un ejemplo de superación, pero la de este vizcaíno nos llega a todos al corazón.

Todos los aficionados al ciclismo recordamos aquel trágico 15 de febrero de 2001, en el que nos sorprendía la noticia de que Javier y Ricardo Otxoa, gemelos y ambos corredores del Kelme, habían sido arrollados en una carretera malagueña mientras entrenaban. Javier resultaba herido de gravedad y se debatía entre la vida y la muerte, peor suerte corrió su hermano que falleció casi en el acto. Tras una larga lucha este bravo corredor volvío a coger una bicicleta para dedicarse a lo que más le gusta, llevando en la memoria a su hermano muy presente.

Su mayor truinfo como profesional todos lo recordamos, fue en Hautacam, el día que Armstrong sentenció su segundo Tour, y con un sufrimiento casi agónico pero que mereció sin duda la pena. Lo que si que es una lástima es que tras el accidente Javier no recuerda absolutamente nada de aquel día, solo le quedan fotos, vídeos, el trofeo e incluso el maillot de la montaña que vistió alos cuatro días posteriores, pero ningún recuerdo en su memoria.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los pelos como escarpias oiga... Uff!

Anónimo dijo...

(¿Te he dejado un comentario sobre esto ya o solo lo he pensado?) He leido hace poco el relato de este asunto en la autobiografía de Lance Armstrong y al leer la "segunda parte de la historia" se me han puesto los pelillos como escarpias... Una pasada...