miércoles, 24 de septiembre de 2008

Livestrong

Será en Adelaida, al sur de Australia, el día 19 de enero. Ese día, el único hombre que ha sido capaz de ganar siete Tours de Francia volverá a formar parte del pelotón profesional, tres años y medio después de colgar la bici. Dice que no lo hace para ganar su octavo Tour, que lo hace para luchar contra el cáncer, esa malvada enfermedad que le tuvo al borde de la muerte.

Una iniciativa por parte del americano cuanto menos loable, tener el arrojo necesario para poner en juego todo el prestigio acumulado durante siete meses del julio consecutivos no es fácil. Y por eso, aunque se quedara en la primera rampa del primer puerto de entidad que suba, Lance merecerá todo el respeto del mundo, y aunque, seguro, sonarían voces que aprovecharían para fusilarlo al amanecer.

Ha dicho, como era previsible, que volverá a la escuadra de Johan Bruyneel, y por tanto de Alberto Contador. Muchos esperan que salte la polémica pero creo que no ocurrirá porque el belga sabrá poner a cada uno en su sitio. Ya dije, y no creo que sea tan descabellado, que ASO podría aprovechar la ocasión para vengarse y volver a vetar a Astana en su Tour. Pues si lo hace, Lance trasladará su mensaje al mundo en otras carreras como el Giro y ASO volverá a devaluar la que dice ser la mejor carrera del mundo, no dejando participar en ella a los mejores ciclistas del mundo.

Las reacciones han ido todas en la misma dirección, todo el mundo muy contento. Leipheimer emocionado, Contador, aunque con alguna duda, encantado de correr junto a un hombre al que dice admirar, y la guinda de todo la pone Chechu Rubiera, que nos deleitará un año más, puesto que va a aplazar su retirada una temporada por petición expresa del americano.

¡Bienvenido sea de nuevo!

Por cierto, mañana la contrarreloj élite del Mundial sin Cancellara, creo que será un paseo para Levi Leipheimer.

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